Identificar el valor de una empresa, ha sido tema de investigación durante muchos años. La búsqueda de valor es a menudo complicada por las dificultades para comprender cómo se cotizan los precios de las acciones en el caso de las sociedades. Normalmente se cree que los precios de las acciones en el mercado, están determinados por una vaga combinación de ganancias, tasas de crecimiento, rendimientos, valores en libros, flujos de efectivo, dividendos y volúmenes de negociación. Estas diferentes posiciones han llevado a tener múltiples formas de postular los objetivos de la empresa en su búsqueda para obtener capital, llevándonos a preguntarnos ¿Cuál es el motor que impulsa los precios de las acciones?
El Modelo Contable versus El Modelo Económico
Tenemos dos posibles respuestas: El tradicional modelo contable sostiene que el mercado establece el precio de las acciones por medio de la capitalización dadas las ganancias por acción de una empresa o por un múltiplo (P/E). Este modelo es muy práctico en su forma de calcular, sin embargo se evidencia que el cálculo de la ganancia por acción no siempre demuestra cual es el precio de la acción en el mercado, convirtiéndolo en un modelo poco realista.
Por otra parte, el modelo económico de valor, sostiene que los precios de las acciones están determinados por inversores inteligentes que consideran dos cosas: la generación de efectivo durante la vida de un negocio y el riesgo del recaudo de efectivo.
El modelo contable se basa en dos estados financieros distintos: un estado de resultados y un balance general, mientras que el modelo económico usa solo uno: fuentes y usos del efectivo. Las ganancias tienen prioridad en el modelo contable, viéndose altamente afectado por las políticas contables que la compañía realice como por ejemplo: el manejo de los inventarios, el cual puede generar un cambio en la utilidad en el estado de resultados y a su vez el cálculo de las ganancias por acción.
Estudios sobre empresas adquirentes han revelado que los cambios en la política contable que no afecten el efectivo no afecta el valor de las acciones en el mercado, demostrando que lo que importa en una adquisición es solo cuánto efectivo (y equivalente de efectivo) se paga para consumar la transacción en relación la probabilidad que fluya mucho efectivo después, y no tanto en cómo los contadores registran la transacción. De esta forma se evidencia que los precios de las acciones están determinados por la generación de efectivo esperada y no por las ganancias reportadas. Así, para que las ganancias expliquen el precio de una acción, estas ganancias deben reflejar efectivo.
Libros contables
El efectivo invertido en un proyecto es un costo irrecuperable que se considera irrelevante para calcular el valor. Los valores de mercado no están determinados por el efectivo que se ha invertido en la adquisición de activos, pero si por el flujo de efectivo que posteriormente se puede sacar de ellos. Por lo tanto, el valor en libros de una empresa simplemente no puede ser una medida de su valor de mercado. El valor en libros de una empresa debe usarse solo para medir su capital, que, simplemente, es el efectivo depositado en una empresa a lo largo de su vida.
Crear Valor
En el modelo económico, lo que importa es el intercambio de valor, y no el intercambio de ganancias. Si un comprador recibe de un vendedor un mayor valor de lo que entrega, la diferencia (valor agregado neto) se acumulará en beneficio de los accionistas del comprador. En muchos casos, el beneficio se mostrará como un aumento en el valor de las acciones del comprador inmediatamente después de que se anuncie el acuerdo.
Dos factores son fundamentales para determinar el valor de mercado de una empresa: la tasa de rendimiento y el costo de capital. La tasa de rendimiento de los flujos futuros de una empresa, proyecto o de un país, se deben comparar con el costo de capital, siendo éste considerado como el costo de oportunidad en caso que no se realice la inversión. Se pueden considerar tres categorías de casos:
Grupo 1. Los proyectos que arrojan más que el costo de capital: se genera un mayor rendimiento que el costo de capital, logrando así la creación de valor y un atractivo para los inversionistas.
Grupo 2. Alcanzan el punto de equilibrio: el retorno que se genera cubre el costo de capital por lo cual no crea valor.
Grupo 3. Devuelve menos que su costo de capital: el retorno generado es inferior al costo de capital lo cual destruye valor.
Conclusión
Con el fin de satisfacer a un inversionista inteligente, una empresa debe obtener una tasa de rendimiento que exceda su costo de capital. Aquellos que lo hagan agregarán valor al capital que emplean y venderán acciones a precios premium. Las empresas que no lo hagan tendrán un capital mal asignado o mal administrado y, en consecuencia, un precio de mercado inferior. De esta forma podemos observar que las empresas que crean valor cuentan con una mayor probabilidad de que el precio de sus acciones en el mercado sea más alto de lo que los cálculos contables puedan generar.
Los inversionistas que establecen los precios de las acciones tienen en cuenta la probable recompensa de un proyecto de capital. Sin importar cuán distante pueda ser, lo descuentan, considerando la inversión adicional, el riesgo y el tiempo involucrado para llegar allí.
En las ocasiones en las que el precio de las acciones de una empresa responde desfavorablemente a un nuevo proyecto de capital, probablemente no se deba a que el mercado no puede visualizar el resultado final. La verdadera razón es que el mercado predice que el rendimiento a largo plazo será inadecuado, y la mayoría de las veces confirma que lo es. El record muestra de manera concluyente que apostar contra el mercado simplemente no es gratificante.
Nota: Síntesis hecha a partir del estudio del libro de Bennett Stewart G, «The Quest for Value: The EVA Management Guide, Cap 2-3.







